Hoy hace justo un año que Kike y yo empezamos lo que sería una semana entera de aventuras por uno de los circuitos de montaña más divertidos, sorprendentes, exigentes y duros de España. La vuelta completa a los 3 macizos que forman Los Picos de Europa o el también llamado Anillo de los 3 Macizos. En definitiva, es una ruta de alta montaña en la que se debe pasar por los refugios guardados de los 3 macizos: Casetón de Ándara, La Terenosa, Refugio de Urriellu, Refugio del Jou de los Cabrones, Refugio Vega de Ario, Refugio de Vegarredonda, Refugio de Vegabaño y Refugio de Collado Jermoso o Delgado Úbeda. El montañero tiene la posibilidad de adquirir uno de los pasaportes que se venden en cualquiera de los refugios y sellar su paso por cada uno de ellos para, al terminar, guardarlo como prueba de haber alcanzado su objetivo.
Cada montañero es libre de seguir su itinerario considerando lo que mejor se adapte a sus circunstancias e intereses, por lo que nosotros, decidimos hacerlo circular en sentido contrario a las agujas del reloj. Salimos de la estación superior de Fuente Dé un lunes por la mañana y volvimos el siguiente sábado, por lo que utilizamos 6 días y 5 noches. Pasamos por todos los refugios pero solo pernoctamos en el de Ándara, Cabrones, Vega de Ario, Vegarredonda y Posada de Valdeón. El lector suspicaz se habrá dado cuenta de que en el pueblo de Posada no hay refugio, por lo que nos parece pertinente aclarar que la razón para dormir allí la última noche demuestra que los planes siempre son siempre susceptibles de cambiarse bajo algunas circunstancias. En nuestro caso, decidimos que el cuarto día necesitábamos recuperarnos de las duras jornadas anteriores por lo que no llegamos a dormir a Vegahuerta como teníamos previsto y en cambio lo hicimos en Vegarredonda, haciendo que al día siguiente tuviéramos que remontar todo lo que no habíamos hecho y quedarnos en un punto intermedio entre Vegahuerta y Collado Jermoso.
Realmente es una actividad que cualquier persona que se enamore de los Picos de Europa, debería intentar hacer alguna vez en su vida. Sin duda, es una experiencia única que te va a marcar y que merece la pena. Pondrá a prueba tu resistencia física pero también tu nivel para organizar y resolver problemas logísticos por un entorno tan hostil como los Picos de Europa, donde difícilmente encontrarás agua, donde el calor o el frío pueden ser implacables, los desniveles que hay que superar son muy fuertes y donde el rescate es una tarea complicada en caso de emergencia. Pero la sensación de satisfacción al llegar a tu destino es inmensa cuando comprendes todo lo que has superado para llegar hasta ahí.